El desarrollo del sistema de siembra directa fue responsable por la apertura de nuevas fronteras agrícolas y un importante crecimiento en los niveles de productividad agrícola. Inicialmente desarrollado en la década de 1950 en Estados Unidos e Inglaterra, fue en la década de 1970, en suelos tropicales de Sur América, como alternativa al control de procesos extensivos de erosión, donde se adoptó ampliamente el sistema de siembra directa. La siembra directa es un sistema en constante evolución, basado en el mantenimiento de una cubierta vegetal permanente en el suelo, protegiendo del impacto de agentes erosivos, como las gotas de lluvia. También proporciona el mantenimiento de la materia orgánica y la humedad en el perfil del suelo, contribuye a la construcción de una mejor estructura, reduce la amplitud térmica del suelo, además de ayudar en el mantenimiento y ciclo de nutrientes.
El sistema siembra directa construye un suelo vivo, saludable y productivo. Prácticas como el abono verde y la rotación de cultivos son absolutamente necesarias para la sostenibilidad de la agricultura y lo que permitirá su continuidad en el futuro. sin embargo, el manejo de esta cubierta de paja y vegetación trae una serie de desafíos para el agricultor, quien necesita saber cómo aprovechar esta cubierta y cómo trabajar con ella.
Si bien reduce la incidencia de malezas al no dejar el suelo expuesto, también puede dificultar la siembra y la implantación de los cultivos. En este contexto, el rollo-cuchillo se presentó como una herramienta para el manejo de coberturas vegetales de tamaño medio a alto y residuos de maíz postcosecha. Este implemento no tritura demasiado los desechos, distribuyéndolos de manera más uniforme y ralentizando el proceso de descomposición del material vegetal. En las décadas de 1980 y 1990, muchos agricultores utilizaron el rollo-cuchillo, pero su uso se perdió con el aumento de la aplicación de herbicidas en los cultivos. En este sentido, el rolo-cuchillo vuelve a la escena, en forma de “rolar” siendo una alternativa más económica y ventajosa que la “desecación”.
INDUTAR desarrolló el rolo-faca KATRINA como un implemento robusto, fácil de operar y transportar. Su uso ayuda a preservar el medio productivo, que es el suelo. Los agricultores, cada vez más, comprenden la importancia de mantener la paja, valorando aún más su correcto manejo. En un rastrojo de paja manejada es posible tener una mejor instalación del cultivo, debido a una mejor uniformidad de distribución de semillas, lo que garantiza el mayor aprovechamiento tanto de la luz como de los nutrientes del suelo, debido a la menor competencia entre plantas y la menor sombra provocada a través de la paja.
En cuanto al control del impacto de las gotas de lluvia sobre la erosión del suelo, una paja “enrollada” homogéneamente por el rolo-cuchillo KATRINA protege el suelo de forma mucho más eficaz que una simple cubierta vegetal seco. Cuando se trata de herbicidas, la acción mecánica de tala y corte, acaba cumpliendo la misma función que una desecación previa a la siembra, generando además el beneficio de ahorro en la aplicación de herbicida. Cuando se trata de restos de cosecha de maíz, el rollo-cuchillo KATRINA consigue eliminar los molestos tallos de las plantas de maíz, que generan un gran inconveniente que se produce desde la siembra hasta la posterior cosecha de la cosecha, como la soja, por ejemplo.
Uno de los mayores beneficios que proporciona la acción del rolo-cuchillo KATRINA es que ayuda a ciclar los nutrientes entre los ciclos de producción. El mayor contacto de la paja o rastrojo "rolado" con el suelo, acelera la acción de los agentes biológicos descomponedores y el ciclo de nutrientes absorbidos por los cultivos predecesores.
Un cultivo de alto rendimiento requiere que sea plantado en un área limpia y sobre abono verde muerto, lo que requiere prácticas como la desecación o rollar esa cubierta verde. El rolar ha demostrado ser una opción superior a la simple desecación, sus beneficios, generados por la acción del rolo-cuchillo KATRINA, son fácilmente observados por los productores ya que se traduce en una mayor productividad de los cultivos, facilidad de operación y economía.